Dios tiene un propósito para tu vida y en la medida que caminas en ese propósito en fe, tu vida va a alcanzar su pleno potencial. Todos podemos perder el tiempo por una razón u otra, pero nunca perder nuestro propósito.

“Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.” (Romanos 11:29)

El llamado de Dios sobre tu vida permanece inalterable. Él siempre está dispuesto a seguir adelante contigo cuando decides caminar con Él. El propósito de Dios para nuestras vidas es bendecirnos y que bendigamos a otros dentro de la esfera de nuestros dones.


“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.” (Jeremías 29:11)

Tú eres único y especial en el Reino de Dios. Eres un miembro valioso del Cuerpo de Cristo. Hay dones que tú tienes, que se necesitan para otros. El corazón de Dios está enfocado en darte el fin que esperas. En otras palabras, Dios ya ve tu trayecto como completado a pesar de tus errores o fracasos en el camino. Él no está mirando los tiempos en que puedes haber fallado. Él está viendo el fin desde el comienzo. Tú necesitas ver más allá del pasado, si es que vas a disfrutar del propósito de Dios para tu vida.

“...Pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante…” (Filipenses 3:13)

¡No se puede vivir en el pasado y tocar el futuro! El propósito de Dios para ti no ha cambiado. La gracia de Dios te permite recibir Su amor y caminar en Su propósito.

“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es a los que conforme a su propósito, son llamados.” (Romanos 8:28)

Caminar en tu propósito garantiza que Dios encausará las circunstancias de tu vida para que se alineen para tu bien y no para tu destrucción.