Todos nosotros hemos experimentado el rechazo. El rechazo es un arma poderosa en contra de nuestra autoestima. El rechazo puede generar pensamientos de insuficiencia, desesperanza,  ira, amargura,  miedo y depresión. Si el rechazo sucedió en el patio de recreo de la escuela, o en la situación de un interés romántico o de un empleador potencial o de los padres, nos puede causar un gran daño en la forma en que nos vemos a nosotros mismos y nuestro valor ante los demás.

El rechazo es el suelo en el que crece la incredulidad. Cada vez que se experimenta un rechazo la posibilidad de la duda e incredulidad aumenta. ¿Cómo se puede tener fe en la vida, en otros o en ti mismo cuando crees que eres desagradable, incapaz o inadecuado en alguna manera? Las semillas de rechazo producen la cosecha de fracaso. Nuestra identidad queda ligada a los rechazos que hemos experimentado y ponemos nuestras expectativas en la vida, de acuerdo a la memoria de los rechazos que llevamos en nuestros corazones. Esto no es más que esclavitud y opresión.

Esta misma actitud aparece a menudo en nuestra relación con Dios. Si a los demás no les gustamos, ¿por qué vamos a gustarle Dios? Como resultado, es difícil, si no imposible,  disfrutar de una relación de amor y de confianza con el Padre pues… ¡Él ve todos nuestros defectos y es más consciente de todas nuestras debilidades que nadie! ¿Por qué debemos esperar algo bueno de Él?

Escucha esto: "para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado." (Efesios 1: 6)

¿Hay palabras que puedan describir lo que acaba de decir Pablo? En Efesios 1, Pablo declara que Dios nos ha bendecido (v. 3), Él nos ha escogido para ser sin mancha delante de Él en el amor (v. 4), Él ha predeterminado que somos hijos e hijas en su familia (no esclavos o huérfanos)  (v.5), y por la gracia nos ha hecho aceptos! (V.6). Esto es  demasiado bueno para ser verdad ¡Buenas noticias!

El significado griego de la palabra 'aceptado' es: agraciado, atractivo, encantador, agradable, rodeado con favor y para honor con bendiciones. ¡Wow!

Antes que fueras concebido Dios te conoció, y eligió amarte y aceptarte. Puedes haber sido rechazado en el patio del recreo en el pasado, pero estás primero en el corazón de Dios. Puede que no te veas como alguien de Hollywood, pero no podrías verte mejor para Dios. Eres único. No hay nadie como tú. Tienes un  potencial divino y un propósito divino en este mundo. ¡Eres es aceptado!

Si puedes conseguir que tu  corazón sea envuelto por esto, la fe brotará. Cuando sabes que no hay posibilidad de rechazo, puedes creer en las promesas, disfrutar de la compañía, ver nuestro potencial y tener paz.