“Los gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna.” (Hechos 13:48)

A primera vista, pareciera que Hechos 13:48 enseña que Dios elige gente para que sea salva. Sin embargo, cuando entendemos el significado de la palabra ‘ordenados’ y nos fijamos mas atentamente en las circunstancias que rodean esta declaración de Pablo, llegamos a una conclusión más acertada. Por ejemplo, considera las palabras de Juan 1:12…

“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”

… y las palabras de Pablo en Romanos.

“Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.” (Romanos 10:13)

Claramente, la salvación viene al encuentro de aquellos que lo reciben.

La palabra Griega para ‘ordenado’ es ‘tasso’ y significa designar, arreglar, ordenar o decretar. No quiere decir ‘pre-ordenar.’ La misma palabra se usa en Romanos 13:1, “Sométase toda persona a las autoridades superiores;  porque no hay autoridad sino de parte de Dios,  y las que hay,  por Dios han sido establecidas. ” Establecidas = ‘tasso’. En otras palabras, Dios ha establecido el principio de un gobierno civil. Aplicar la misma mentalidad que algunos usan para interpretar Hechos 13:48, Romanos 13:1 significaría que Dios designó a Hitler para que asesinara a 6.000.000 judíos. Esto está errado. Un gobierno civil es ‘ordenado’ (designado) por Dios, pero no todos los gobiernos individuales están pre-ordenados por Él.

Miremos las otras declaraciones de Pablo en Hechos 13. En el momento en que Pablo hizo ésta declaración en el versículo 48, él estaba en Antioquía de Pisidia (Hechos 13:14), y estaba ministrando en una sinagoga. En este discurso, Pablo dice lo siguiente:

“Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de él se os anuncia perdón de pecados y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree.” (Hechos 13:38,39)

El mensaje de fe para salvación es presentado claramente a estos judíos en Antioquía de Pisidia. No hay ninguna insinuación de predestinación enseñada en este mensaje.

“El siguiente día de reposo se juntó casi toda la ciudad para oír la palabra de Dios. Pero viendo los judíos la muchedumbre, se llenaron de celos, y rebatían lo que Pablo decía, contradiciendo y blasfemando.” (Hechos 13:44-45)

 Ahora vemos el desarrollo del contexto de la declaración en el versículo 48. Pablo se encuentra con la resistencia de los judíos incrédulos. Ellos habían oído la palabra del Evangelio y la estaban rechazando.

“Entonces Pablo y Bernabé, hablando con denuedo, dijeron: A vosotros a la verdad era necesario que se os hablase primero la palabra de Dios; mas puesto que la desecháis, y no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles.” (Hechos 13:46)

¿Quién determinó el destino de esos judíos incrédulos? ¿Estaban ‘pre-ordenados’ para este destino? No. Ellos rechazaron el mensaje de la gracia de Dios y se juzgaron indignos así mismos de la vida eterna.

Pablo continúa:

“Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo:  Te he puesto para luz de los gentiles, A fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra. Los gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna” (Hechos 13:47-48)

Los gentiles oyeron el mismo mensaje y lo recibieron con gozo. Ellos se ‘ordenaron’ a ellos mismos (se dispusieron y ordenaron a sí mismos por fe) recibiendo con gozo el mensaje de los apóstoles. No dice que Dios los pre-ordenó para que crean. Simplemente dice que ellos fueron ‘ordenados’ para vida eterna. Ellos no rechazaron el Evangelio.

Aquellos que creyeron en Hechos 13:48 tenían sus corazones dispuestos y en orden para poder creer. Los otros rechazaron el mensaje del Evangelio o todavía no se ‘ordenaron’ en sus corazones. Dios no ‘pre-ordena’ quien va a ser salvo, pero cualquiera que oiga la Palabra y esté agradecido, se ha ‘dispuesto’ y ‘ordenado’ a sí mismo mediante su fe.