Tu vida es una proyección de lo que verdaderamente crees. Puede reconocerse tu corazón por la gente, tu pasión por la Palabra, tu confianza, tu autoridad.

“Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús”. (Hechos 4:13).

Cuando hayamos estado en verdad con Jesús, la gente notará la diferencia. Cuanto más tiempo pases con el Maestro, más tu corazón reflejará al Suyo, más tus pensamientos traslucirán los Suyos y más tus acciones serán una imagen de las Suyas.

Estamos siempre actuando sobre aquello que creemos. Algunas veces es útil retroceder algunos días en tu vida y replantearte tus palabras, tus pensamientos y tus acciones. ¿Qué es lo que realmente crees? El resultado de ese examen tal vez te motive a pasar más tiempo con Jesús.